Clint Eastwood, uno de los nombres más icónicos de Hollywood, no solo ha dejado su huella como director y productor, sino también como actor, especialmente con su papel en Harry, el sucio. Aquellos que hayan visto esta mítica película, recordarán este famoso diálogo: "Siendo este un Magnum 44, el mejor revolver del mundo, capaz de volarte los sesos, ¿no crees que debieras pensar que eres afortunado?". Estrenada en 1971, consolidó a Eastwood como un símbolo del cine de acción y el Inspector Harry Callahan se convirtió en uno de los personajes preferidos interpretados por el actor.

Un aspecto destacado de su actuación en Harry, el sucio es la autenticidad con la que manejó las armas en pantalla. En su visita al programa Corridor Crew para reaccionar en directo a distintas películas de acción de la historia del cine, Taran Butler, un experto en armas de fuego, elogió particularmente la forma en que Eastwood fingió el retroceso al disparar su famoso Magnum 44.

Lo que Clint Eastwood hizo genial fue fingir el retroceso. Hizo que el arma subiera, porque realmente disparaba armas. Si no lo hubiera hecho, el calibre 44 parecería no tener potencia. El sonido del disparo es el mejor de todos los tiempos

Este nivel de detalle y realismo ayudó a que la audiencia sintiera el poder y la intensidad de cada disparo, elevando la tensión y el impacto de las escenas de acción. El tenaz Callahan se ha convertido en uno de los personajes más perdurables y queridos del cine. La película no solo marcó un hito en la carrera de Eastwood, sino que también dejó una huella imborrable en el género de acción y en la cultura popular. Síntoma de ello es que se siga hablando de la película 53 años más tarde.

Dirigida por Don Siegel, el filme se centra en Harry Callahan, un policía endurecido por las calles de San Francisco, conocido en la brigada como "Harry, el sucio" y por encargarse de los trabajos más indeseables. Un francotirador ha asesinado brutalmente a dos personas y tiene a la ciudad aterrorizada con la amenaza de más crímenes. Harry debe detenerlo a toda costa, sin importar los métodos que tenga que emplear.